Enfermos de amor y relaciones tóxicas
El concepto de que el amor puede ser una enfermedad tiene una larga historia que se remonta a la antigüedad. Hace más de 3500 años en Egipto, ya se reconocía que el amor podía ser una especie de dolencia. En el siglo II, Galeno conceptualizaba el amor como una afección, y en la Edad Media, la presencia de celos se consideraba un indicio de amor.
Todo esto nos lleva a reflexionar sobre la noción de que "estar enfermo de amor" o estar "locamente enamorado" no son simplemente metáforas, aunque hayan dejado de ser diagnósticos médicos en la actualidad.
Hoy en día, en San Valentín, el mundo celebra esta experiencia universal, pero es importante recordar que incluso el amor tiene sus límites. La línea que separa el amor saludable del no saludable es a menudo difusa. Cometemos un error al trivializar el amor, asumiendo que todo será sencillo y que nos enamoraremos sin reflexionar sobre el proceso del amor.
Olvidamos que también existe el "amor tóxico". Para vivir el amor de manera saludable, debemos intelectualizarlo, reflexionar sobre él y considerar sus complejidades. El amor no solo debe sentirse, sino también hablarse. Debemos llevar el amor al terreno de lo práctico y comprender las herramientas que nos permiten experimentarlo de manera saludable, evitando que nos cause daño.
Frank Trullis señala que "el amor no correspondido es una causa frecuente de suicidio, y cerca del 10% de todos los asesinatos en el mundo se deben a celos sexuales". A menudo, nos han enseñado a asociar el amor con el sufrimiento, el dolor y el sacrificio, lo que nos lleva a permanecer en relaciones insatisfactorias con la esperanza de que el otro cambiará y de que el amor lo superará todo.
Comprender el amor implica reconocer que, al igual que nosotros, evoluciona y cambia con el tiempo. Si no evoluciona, el amor puede volverse algo dramático. Los psicólogos y psiquiatras estamos cada vez más de acuerdo en que los vínculos disfuncionales no solo están relacionados con enfermedades mentales, sino que pueden ser una causa primaria de ellas.
Adriana Esteban Labelle