La filofobia o miedo a enamorarse
La filofobia es un trastorno del estado de ánimo que dificulta la capacidad de una persona para enamorarse o comprometerse emocionalmente con otra. El temor a involucrarse en situaciones emocionales es tan abrumador que puede llevar a la persona a experimentar ataques de pánico.
Los síntomas más comunes de la filofobia están relacionados con la ansiedad, y pueden incluir mareos, náuseas, sudoración, taquicardia, temblores, sensación de falta de oxígeno, confusión mental, impulsividad y pérdida de control, entre otros.
Quienes sufren de filofobia tienden a buscar defectos en sus parejas como una forma de justificarse a sí mismos para no involucrarse más en la relación. A menudo de forma inconsciente, se enamoran de personas inalcanzables para reafirmarse en la creencia de que no tienen miedo de amar, sino que son las circunstancias las que hacen que la relación no sea viable.
Estas personas suelen buscar relaciones con individuos muy diferentes a ellos, con la esperanza de que la diferencia en personalidad o intereses conduzca al fracaso de la relación, aliviando así la presión de tener que dejar la relación debido a sus propios miedos.
Uno de los comportamientos más típicos de la filofobia es el aislamiento emocional, donde la persona evita acercarse demasiado a su pareja. Esto puede manifestarse a través de la evitación de llamadas telefónicas, la disminución de la frecuencia de los encuentros, o el uso de la mentira para evitar la interacción.
Es importante comprender que el verdadero miedo detrás de la filofobia no es el amor en sí mismo, sino una serie de factores relacionados con la propia relación de pareja. Estos temores pueden incluir el miedo a perder la individualidad, el miedo a la falta de libertad, el miedo al abandono o el miedo a que la pareja no cumpla las expectativas. Estos miedos se derivan de experiencias emocionales no resueltas en el pasado, lo que hace que la persona se sienta más cómoda sin el compromiso de una relación.
Superar la filofobia es posible y puede requerir la ayuda de un profesional. Terapias como la terapia cognitiva, la desensibilización afectiva, la programación neurolingüística (PNL) y la hipnoterapia han demostrado ser eficaces en el tratamiento de este tipo de trastornos del estado de ánimo. Lo positivo es que, con la ayuda adecuada, se pueden identificar las causas subyacentes y comenzar a sanar las heridas emocionales que perpetúan este problema.  
Adriana Esteban Labelle