¿Por qué evitamos decir que vamos al psicólogo?
Fecha: 21/07/2023
Muchos son los que van al psicólogo y pocos los que lo reconocen abiertamente ante sus familiares, amigos y compañeros de trabajo. A pesar de que hemos avanzado significativamente en la percepción de la salud mental, aún persiste una cierta vergüenza asociada con admitir que se busca ayuda psicológica debido, en gran medida, al desconocimiento. 
La falta de información sobre la psicología y los estereotipos erróneos que la rodean contribuyen a mantener el estigma sobre las personas que buscan ayuda psicológica. A menudo sienten temor de ser humilladas si lo revelan a otros o de ser etiquetadas como incompetentes por no haber sido lo suficientemente fuertes para enfrentar sus problemas por sí mismas. Algunos incluso perciben ir al psicólogo como un fracaso en la gestión de su propia vida.
A pesar de estos obstáculos, es alentador ver que en los últimos tiempos se ha producido un cambio positivo hacia la normalización de la búsqueda de ayuda psicológica, en gran parte impulsado por las generaciones más jóvenes. Estas generaciones están más dispuestas a acudir al psicólogo y a hablar abiertamente al respecto. Los medios actuales, como los canales de YouTube, podcasts y blogs de psicólogos, también han contribuido a esta tendencia.
Es importante destacar que la consulta de un terapeuta no está reservada únicamente para personas con trastornos psicológicos graves. Cada vez más personas comprenden que hay diversas razones para acudir a terapia, como mejorar la salud mental, abordar problemas laborales, superar hábitos perjudiciales, reducir el estrés o mejorar la comunicación en la pareja.
Las investigaciones revelan que la mayoría de las personas buscan ayuda psicológica por ansiedad, angustia, obsesiones, tristeza, depresión, estrés laboral y otros problemas similares. De manera similar a cómo visitamos a un fisioterapeuta si tenemos contracturas o a un nutricionista si queremos mejorar nuestra alimentación, acudir a terapia es una forma de cuidar y favorecer nuestra salud mental.
Adriana Esteban Labelle