Si te consideras viajero es posible que hayas experimentado alguna de estas crisis.
No todo es "color de rosa" cuando nos embarcamos en un viaje con maleta en mano. Los viajeros pueden experimentar una serie de problemas, y uno de los más conocidos es el temido "jet-lag". Viajar puede ser una experiencia emocionante, pero también puede dar lugar a diversos trastornos y desafíos psicológicos.
Aquí te presento una descripción más detallada de algunos de los síndromes más comunes asociados con los viajes:
1. Trastorno del viajero nostálgico: Este trastorno se manifiesta cuando una persona siente un fuerte deseo de regresar a un lugar que visitó en el pasado, incluso años después de su visita inicial. La persona tiende a repetir el mismo itinerario, eligiendo los mismos hoteles, actividades y restaurantes que experimentó en su primer viaje.
2. Síndrome de Ulises: También conocido como el Síndrome del emigrante con estrés crónico y múltiple, afecta a los viajeros que se encuentran en lugares lejanos durante un período prolongado. La soledad, los problemas laborales y la nostalgia por la familia pueden generar un estrés abrumador.
Crisis del boarding pass: Esta crisis se presenta en personas que viajan solas. Aunque inicialmente pueden convencerse de que viajar en solitario les ayudará a crecer y sentirse mejor consigo mismas, una vez en el aeropuerto pueden ser presa del pánico y cuestionar si tomaron la decisión correcta.
Crisis del sedentario: Esta afecta a las personas obsesionadas con viajar. Pasan su tiempo buscando en sitios web ofertas de vuelos y alojamiento, y consultan constantemente el calendario en busca de la próxima aventura.
3. Dromomanía: En este trastorno, el individuo siente una necesidad constante de estar viajando. No pueden quedarse quietos por mucho tiempo y necesitan estar en movimiento para sentirse bien.
4. Síndrome postvacacional: Este síndrome ocurre cuando alguien regresa de sus vacaciones y le resulta difícil adaptarse a la rutina diaria. Puede generar una sensación de agobio y llevar a una disminución del rendimiento en las actividades cotidianas. Suele afectar principalmente a personas mayores de 45 años.
Además de estos trastornos comunes, existen otros menos frecuentes, como el Síndrome del viajero cultural, el Complejo del turista, el Síndrome de Jerusalén, el Síndrome del Nómada y otros. Estos trastornos resaltan la compleja relación entre el viaje y la salud mental, lo que subraya la importancia de abordar los desafíos psicológicos que pueden surgir durante las aventuras fuera de casa.